Purga política en Cuba: Alejandro Gil, exzar de la economía, enfrenta cadena perpetua por espionaje

Purga política en Cuba: Alejandro Gil, exzar de la economía, enfrenta cadena perpetua por espionaje

La política cubana vive uno de sus momentos más tensos en décadas. Alejandro Gil Fernández, quien fuera el poderoso ministro de Economía y Planificación y vicepresidente del Consejo de Ministros durante el mandato de Miguel Díaz-Canel, enfrenta ahora una acusación de espionaje y otros delitos graves que podrían llevarlo a cadena perpetua.

El fin de una figura clave del castrismo

Durante años, Gil fue considerado el principal responsable de la política económica del gobierno cubano. Nombrado por Díaz-Canel en 2018, se convirtió en un rostro visible de las reformas y de los intentos por mantener la estabilidad financiera del país en medio de una profunda crisis.

Sin embargo, la caída de Gil fue tan estrepitosa como su ascenso. En 2023, en medio del creciente descontento popular por la escasez de alimentos, combustibles y servicios básicos, fue destituido por “graves errores” en la gestión económica. Desde entonces, su figura desapareció del panorama público, hasta que recientemente se conocieron los nuevos cargos en su contra.

Las acusaciones y la magnitud del caso

De acuerdo con la Fiscalía General de Cuba, Gil enfrenta un extenso listado de delitos: espionaje, malversación de fondos, cohecho, falsificación de documentos públicos, evasión fiscal, lavado de activos, tráfico de influencias y daño a documentos clasificados, entre otros.

Su hermana, María Victoria Gil, residente en España, reveló que la Fiscalía está solicitando cadena perpetua para el exviceprimer ministro. La gravedad de las acusaciones y la falta de transparencia en el proceso judicial han despertado preocupación internacional y alimentado la percepción de una purga política interna en el Partido Comunista de Cuba (PCC).

El precedente histórico

No es la primera vez que un alto funcionario cubano cae en desgracia. En la historia reciente de la revolución, casos como el del general Arnaldo Ochoa, ejecutado en 1989 tras ser acusado de narcotráfico, o el de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, destituidos y marginados políticamente, recuerdan los métodos del castrismo para reconfigurar su cúpula de poder.

Analistas señalan que este nuevo episodio se enmarca en un contexto de crisis energética, económica y política que golpea a la isla. La detención de Gil serviría, según algunos expertos, para desviar la atención del deterioro interno y reafirmar la autoridad del actual presidente.

Una voz disidente dentro de la familia

La hija del acusado, Laura María Gil, rompió el silencio en redes sociales con un mensaje inusual dentro del régimen cubano. A través de Facebook, pidió que el juicio contra su padre se realice “a puertas abiertas” y que el pueblo conozca la verdad.

“¿Qué hizo? ¿A qué país sirvió? ¿Qué pruebas tienen? El pueblo merece saber los detalles”, escribió. Sus declaraciones se han viralizado, marcando un hecho inédito: un miembro de la familia de un alto funcionario pidiendo transparencia al propio sistema que lo juzga.

Cuba ante una nueva crisis política

El caso de Alejandro Gil ocurre en uno de los momentos más críticos para el gobierno de Díaz-Canel. La economía se encuentra al borde del colapso, la inflación supera los niveles históricos y la migración masiva de jóvenes refleja el descontento social.

Mientras tanto, los medios estatales guardan silencio o presentan el caso como una defensa de la “honestidad revolucionaria”, sin ofrecer detalles sobre las pruebas de espionaje ni las circunstancias del arresto.

La comunidad internacional observa con atención este proceso, que podría marcar un antes y un después en la relación de poder dentro del gobierno cubano.

www.camaradecomercioempresarial.org